Luces en la oscuridad.

Nadeko estaba dando un agradable paseo, hoy tenía el día libre y decidió hacer una de las cosas que más amaba... y que más abandonada tenía; el senderismo por lugares desconocidos por todos, sobre todo por ella.

Pensaba observar solo los alrededores pero una cueva le llamó mucho la atención. Oscura más que ninguna de las otras que estaban a su alrededor, sin embargo le pareció ver una ténue luz que emanaba de la cueva, llamándole mucho la atención a la detective la que no dudó en escalar varias rocas hasta llegar a la entrada.

Se quedó estática cuando observó la cueva desde la entrada. Oscura como ninguna, con una débil luz lila al fondo de ella, lo cual le daba a la cueva un aspecto verdaderamente mágico, aunque las sombras de las rocas formaban formas extrañas que hacían que la magia se convirtiera en algo verdaderamente tenebroso.

-Hmmm~... -Susurró la castaña asomándose un poco más, sin prestar atención al letrero de; "Sólo personal autorizado." Cuando quería Nadeko era bastante revelde, y en ese momento le daba igual que estuviera el maldito letrero. Tragó saliva y hizo una sonrisa divertida, preparada para meterse donde no le llaman, preparándose para entrar.

Andaba sin nada que hacer, era verano, y el verano estaba para no hacer nada, y más para un tipo como yo. Alguien tan awesome como yo no podía perder el tiempo en tonterías, ¿o sí? Porque el simple hecho de ir a dar una vuelta por la cueva podía ser en cierta forma, una perdida de tiempo... de igual forma, ya no importaba, me encontraba en la entrada de la inmensa cueva, no me refiero a alta, o ancha, sino por lo larga e infinita que era. Dicen que nadie nunca a podido llegar hasta el final de la cueva, y es que esta se divide más adelante en varios pasadizos secretos. ¡¿Quien sabe todo lo que se puede llegar a encontrar?!

Una vez dentro vi a una chica de cabellos castaños que al parecer igual que yo, no le ha importado para nada el cartel de ``Sólo personal autorizado´´.

-¡Ey, chica! ¿No sabes que no se puede estar aquí? Es peligroso.- le advierte a la pobre chica, de forma que ni el mismo cree, siempre ha pensado que no hay nada lo suficientemente peligroso para él...

PD: Siento no contestar antes ;W;

Caminó intrigada por la cueva, aunque llevaba unos zapatos que no eran para hacer deporte o andar en lugares tan rocosos y desnivelados la chica se movía con una agilidad increíble y que a cualquiera le sorprendería. Normalmente estaba pendiente de todos los sonidos de su alrededor, pero al escuchar al chico se sobresaltó.

Perdió el equilibrio durante un segundo pero pudo mantenerse de pie. Girándose para ver a un chico de ojos azules y pelo rubio, lo miró con una mirada fría y que sacaría más de un escalofrío.- ¿Y que hay de ti? Te recuerdo que tu también estás dentro. -Gruñó.

No es que le chico le cayera mal ni nada, pero odiaba más que nada que le molestaran mientras estaba concentrada. Aunque se dio cuenta de que estaba siendo demasiado hostil. Suspiró para relajarse. -¿Vas a entrar a investigar tú también? -Le preguntó ya con un tono más amistoso.

Al parecer asusté un tanto a la chica, cuya me contestó borde y friamente. Recapacité un momento de la escena, y vi que tuve un poco de culpa por eso al intimidarle y preguntarle aquello.

- Perdona... Era una simple "broma", verás... simplememte lo decía porque soy el hijo del director y tal... Pero como has podido deducir, si. Voy a entrar también a investigar -finalizé con una enorme sonrisa en mis labios mientras le guiñaba un ojo en muestra amigable.

Al parecer la chica no iba con un buen calzado, yo tampoco es que fuera muy del otro mundo... simplemente llevaba el uniforme de la escuela, digamos que es cómodo y práctico.

- Esto... chica... -dije mientras me paraba pensar una mejor forma para llamarle- ejem. Como te llamas...?-finalmente le preguntó por su nombre y una vez escuchada la respuesta continuó- Siento ser un poco inpertinente, pero... Eres nueva? Lo digo porque si quieres podemos ir a recoger tu uniforme de educación física, seguro que te irá mejor que eso... sin ofender! -acabó el muchacho volviendo a sonar algo borde, algo que no es normal en el y que iría cambiando con la muchacha.

Lo miró con seriedad y con una cara que realmente no expresaba absolutamente ningún pensamiento ni ninguna expresión. "Buenas influencia siempre crearan a niñatos inútiles." Fue la frase que le pasó por la cabeza, frase la cual siempre le decía su "tío" y ella había entendido hace poco, aunque no dijo nada porque su ley era no asegurar hasta comprobar.

-No tengo ninguna gana de decirte mi nombre. No ganaré nada con ello, si lo quieres saber, haz que me apetezca contártelo. -Negó en un tono frío y seco. Le estaba molestando bastante el chico, aunque no lo conociera de nada, le parecía el típico humano aburrido... aunque solo por el momento.

Ignoró el segundo comentario, aunque si que mostró su enfado con un pequeño gruñido al aire. Se giró y miró hacia dentro de la cueva, oscura. Nadeko, tan previsora como siempre sacó una pequeña linterna de su bolsillo y se dió la vuelta de nuevo para mirar al chico.- ¿Vienes o no? -Le preguntó en tono seco, pero se veía que estaba siento amable... a su manera.

OFFROL: Perdón, como cambié de pj, Len ya no es el hijo del director :') él no tiene padres:/

ONROL:

La chica siguió gruñendo por unos minutos, luego me volvió a invitar a entrar a la cueva con ella.

- Está bien, era lo que iba a hacer... Aunque creo que mi compañía no es muy agradable por aquí...-paró un momento bajando la cabeza, cambió su rostro en expresión de un niño de 8 años a punto de llorar y luego continuó-Yo no puedo decir lo mismo de ti, me has caido bien.-dijo finalmente con una sonrisa mientras sus mejillas cogían un poco de color.

El silencio retumbó por la sala, aunque aquello no quería decir que reflejara la timidez del chico, simplemente buscaba la oportunidad correcta para actuar. Continuó adentrandose a la cueva, y se preguntó el porque de aquel cartel.

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De golpe me giré al escuchar un ruido, no sabia exactamente que era, pero estaba claro que reflejaba nuestros futuros problemas. Me acerqué a la chica quedando a unos pocos centimetros de ella y le cogí la linterna, para seguidamente cogerle la mano. Quería mostrarle que no podía temer nada teniendome a mi al lado de ella.

-Etto, sigueme y no te separes de mi.-le dije mientras le apretaba la mano, luego le sonreí para mostrarle confianza.

Ni si quiera le miró. Nadeko no lo parecía, pero era muy sensible si se trataba de cosas lindas más aún si esto tenía que ver con llorar. Era una parte de Nadeko que ella no soportaba de si misma. Aún así no lo podía evitar. Así que dió un largo suspiro de resignación y fastidio, más por lo primero y se giró a ver al chico de nuevo.

-No saques hipótesis apresuradas. Si de verdad me molestara ir contigo, simplemente saldría de la cueva y esperaría a que te fueras para entrar. -Explicó con seriedad mirándolo directamente a los ojos, aunque los suyos en ese momento hubieran cambiado de color a rojo sangre.

Nadeko apartó la mirada al recordar el cambio de color de sus ojos y siguió alumbrando con su linterna. En realidad, sus ojos se tornaban de ese color cuando estaba a oscuras ya que le ayudaba a ver en la oscuridad por muy densa que fuera, pero como siempre prefería esconder su raza y no mostrarla a la primera de cambio ya que no se fiaba de cualquiera.

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Giró de un salto mirando la oscuridad a sus espaldas. Había sido un ruido seco e imposible de hacer para una persona normal, demasiado sonoro. "A sonado como algo pequeño pero pesado calléndose... aunque no ha sido el ruido de una piedra, era mucho más hueco." Pensaba Nadeko, como siempre buscando explicaciones.

Se sobresaltó mucho cuando lo vió tan cerca y cuando le cogió la mano. Nadeko nunca había sido una gran fan del contacto físico y en ese momento tampoco lo era. Aunque dejó que le quitase la linterna, se soltó con rápidez y delicadeza de su mano.

-Yo diría que al revés... Puedo ver en la oscuridad. -Admitió con un sonrojo, aunque no se le notaba desagradable, si no más bien un tono dulce bastante involuntario.- Aunque haz lo que quieras.

La respuesta que la chica me daba seguía siendo con su tono borde, pero había algo que parecía que no lo era totalmente conmigo. Eso hizo que le dedicara una leve sonrisa.

La chica apartó con delicadeza su mano, pero me dijo que hiciera lo que quisiera... Ummm, ¿que querría decir? Me seguí dando vueltas por la cabeza hasta que decidí volverle a dar la mano. Seguramente se hacía la dura, pero realmente era lo que ella quería, ¿podría ser que se hubiera enamorado de mi a primera vista? Pero sería un amor no correspondido, ciertamente no amo a nadie más sino que ¡a mi hermana!

En fin, ¿que sería ese ruido? Me acerqué a lo que sería donde había oído aquel ruido pero no encontré nada, simplemente podía observar que la cueva continuaba, y a lo que ella diera sería algo grande y hermoso... o misterioso, ¡tenía que descubrirlo!

Podría usar mis poderes de ángel, pero no estaba seguro si debía confiar en la chica, era bastante rara al parecer, no me había dicho siquiera su nombre y... ¡no era nada moe!

Y bien... ¿continuamos? Al parecer todavía nos queda bastante camino por delante, y al parecer por el cartel que había fuera-dije señalando hacia la salida-seguramente esta cueva sea de la escuela, osea, que seguramente para encontrar lo que haya que encontrar habrá que usar nuestros poderes...

Le molestó enormemente cuando tocó de nuevo su mano. Ya lo sabía, de hecho ella misma lo decía; "Soy una de las personas más ariscas del mundo. No soporto el contacto físico ni a poca escala." Y era toda la verdad, a menos que no fuera una "persona especial" no soportaba ningún roce, por mínimo que fuera. Apartó la mano esta vez mucho más bruscamente.

-No me toques. -Dijo seria, no quiso sonar borde ni nada. Sonó más autoritaria y indiferente. Realmente odiaba que no le hicieran caso. Suspiró para relajarse, tampoco quería ser demasiado borde con aquel chico que se le parecía a un peluche (?)

-Me voy a presentar ahora, pues. -Dijo con una media sonrisa y con sus ojos rojos brillando. Ahora si sentía que debía presentarse para decir su raza y si iban a tener que trabajar juntos quería que supiera como se llamaba. -Soy Nadeko y soy vampiro. -Resumió rápidamente.

-No hace falta que te presentes, Len. Sé más de ti de lo que crees. -Dijo pues había husmeado en su memoria tal y como siempre hacía, de esta manera, podía sacar siempre sus datos personales.- Entonces... ¿Continuamos?

La chica parecía como si quisiera tomarme el pelo, pero si se creía tanto como decía, debía seguirle el rollo hasta mostrarle que no era así. Seguro que no lo era.

-Bien, Nade-chan,-le dije con una sonrisa intentando quitarle la brusquedad de aquella chica como sea-seguramente no sepas boxear tan bien como yo, así que te sugiero por tu bien que si nos encontraramos en peligro te mantuvieras al margen detrás de mi... y si no quieres hacerlo... atente a las consecuencias-acabé finalmente con una expresión más seria, realmente lo decía en serio, y esta gente que se cree tanto luego no me permito en ayudarles. La vida es así de cruel.

En verdad ni él mismo se creía aquello, era un chico sobreprotector, y si además era una chica la que estaba en peligro aún más seguro que la salvaría, pero quería avisarla.

Cada vez nos adentrabamos más a la cueva, y la linterna empezaba a dar señales de que se estaba quedando sin pilas.

-Cof- sonó- Bien, ahora no tenemos luz... tu eres una vampira, ¿cierto? ¿Puedes ver algo?-le pregunté manteniendome al margen y atento de lo que pudiera pasar.